En estas lineas comentaremos un poco la experienca con ese elemento que calienta nuestros alimentos en ocasiones al punto de carbonización.
Cierto es que en los ultimos años hemos pasado del fuego por butano, al calentamiento por inducción. Para el caso que nos ocupa, no discriminaremos.
Y es que como todo aquel que se mete en fogones sabe, controlar la intensidad es esencial para diferenciar un plato comestible de un futurible okupa de nuestra bolsa de basura. Más aun si queremos controlar distintos platos a la vez, doy fe que prepararse una hamburguesa con huevo y baicon...puede llegar a ser cuanto menos.....ahumado.
Por ello debemos recordar que si los mandos de cocina tienen distintas posiciones cada una de ellas con una intensidad, no son precisamente porque quedan bonitas, sino porque nos sirven de utilidad.
Un consejo aceptable en estos casos es aquel que suele darse cuando se intenta sacar el carnet de conducir, si te faltan manos, mas despacio...que a la cocina se podria traducir por un si se nos quema todo, mejor bajamos el fuego y vamos poco a poco.
Por cierto, ya que lo hemos comentado al principio...¿Que preferis? ¿Inducción o gas?.
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